lunes, 8 de abril de 2013

Tenías razón. Ésto está muerto, aunque sólo por tu parte.
Escribo porque no puedo escribirte. Podemos seguir jugando a esto de no querernos, pero no por mucho. He visto una foto que solía ser nuestra, quiero decir, no éramos nosotros, pero nos gustaba a los dos. No estábamos juntos, como ahora, pero antes teníamos más. Teníamos todo un verano por delante, mucha ilusión. Ahora nos quedan los recuerdos de lo que pudo ser y no fue. Podemos seguir escribiendo, en prosa o verso, eso da igual, pero ya no podemos escribirnos. 

viernes, 5 de abril de 2013

¿Sabes? No he acabado el final denuestro libro de Caperucita. No me gusta ninguno ahora que no estás.

jueves, 4 de abril de 2013


Yo era su Caperucita y él era mi duende. 
Creí que esperarías, por eso me fui sin avisar. Ahora he comprobado que con otras que follar no te hace falta nada más.
QUE ESTOY HARTA DE COMPARTIRTE CON TU PUÑETERO ORGULLO.
Hay tres cosas que nunca te he dicho, y que no te repetiré nunca, asi que yo si fuera tu cogería apuntes. Me encanta la forma en la que te paras en cada lugar donde haya una superficie que pueda reflejarte para arreglarte el pelo, aunque vayas perfecta. La sonrisa de seguridad que pones al hacerlo me pone bastante, por no hablar de la manera que tienes de morderte el labio cuando el resultado es perfecto. Por otro lado, tienes la capacidad única de hacerme tener la capacidad de echarte de menos aun teniendote al lado. No se si ha sido planeado por tu retorcida y malvada mente (seguro que si) pero últimamente mi cuarto no resulta acogedor sin tu perfume o la visión de mis camisetas en tu cuerpo. Por último, hacerte saber que cambiaría el final el cuento y robaría todas las ediciones de Caperucita Roja para que volvieras aquella mirada que pusiste el día de San Valentín. Casi me dio un infarto cuando esos ojos azules se clavaron en mi con tanta dulzura. Sueña conmigo y mañana lo hacemos realidad.
-Me has echado de menos, eh.
-Eso te gustaría demasiado...
-Seguro que has buscado calor con algún otro....
-Es que claro, me abandonas sin piedad...
-Ya te vale...
-Pero ahora estás aquí tú.
-Aquí estoy, sí...
-Y sí, te he echado de menos.
-Lo sé. La cama está vacía sin que tú estés rodeándome el cuerpo  con tu brazo.
-Éso significa que tú también eh.
-Un poco sólo.